Fuego en Bucalemu

cabezaEste mes de vacaciones hemos estado principalmente en el campo de mis padres, en Bucalemu, que junto a muchos otros pueblos de Chile han quedado quemados luego de la ráfaga de incendios que ha azotado nuestro país. Lo he fotografiado numerosas veces, en diferentes estaciones del año, pero este verano en que todo está en el suelo y las cenizas llenan los cerros me ha costado mucho recorrerlos y registrar la catástrofe. Todos los árboles quemados, y muchas ovejas también. Mientras camino encuentro esqueletos, huesos, muerte, árboles rotos y todo de un color rojizo que atrae y lastima.

bucalemu

Con los medios que tenemos, yo y muchos otros fotógrafos hemos tratado de hacer un llamado al cuidado de nuestra naturaleza, pero al parecer nadie quiere ver y sólo se interesan en ello cuando se ven directamente afectados, sin entender que  la educación es la primera fuente de prevención.

FUEGO

Como les contaba en un post anterior, a fines del 2015 estuve en el parque nacional Conguillío y la reserva China Muerta fotografiando con colodión húmedo. El resultado de estas imágenes fue la exposición Fuego, que forma parte de mi serie de elementos y que inauguré el pasado 14 de diciembre en Galería Ekho.

A mi pesar y debido a malos entendidos y el poco respeto con que la galería trata a sus artistas, mirando sólo el lado comercial y no humano de la colaboración, descolgué la exposición el martes 3 de enero de este año 2017, al parecer el fuego no sólo quemó la reserva si no también consumió relaciones. Una mala experiencia que no recomiendo.

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Exposición Fuego

De esto quedó una hermosa inauguración con la colaboración de la joven violinista Camila Taito que tocó dos piezas hermosas, y el registro de las pocas semanas que los ambrotipos estuvieron exhibidos, con unos marcos de acero inoxidable que una amiga diseñó y que trajo al siglo XXI la técnica de 1850.

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También me queda el libro Fuego, diseñado por Isabel Fernández, en lo que es nuestra tercera colaboración, y que me refleja en todos los sentidos.

fuego-libro

fuego

Suplemento VD, Diario El Mercurio sábado 7 de enero 2017

Hace una semana un nuevo incendio arrasó con el campo de mi infancia, aquel que está retratado en Jardín Negro (mi serie anterior). Afortunadamente la casa y el jardín que la rodea se libraron de las llamas, pero todo el rededor y muchas hectáreas de campo ardieron y quedaron destruidas por las llamas. Una ironía para mi, que luego de viajar tantos kilómetros a fotografiar una reserva quemada, ahora es un fuego tan cerca física y emocionalmente.
Fue un fin de año con penas y alegrías, que me dejaron un sabor amargo y una sensación extraña, que aún estoy digiriendo y estoy segura me enseñaron muchas cosas.
Ya pasé a mi siguiente proyecto.

Barcelona, Paris, Londres

En junio fuimos con Luis a Europa. Hace tiempo que teníamos ganas de viajar, y aprovechamos algunas exposiciones que vendrían y la Feria de Fotografía de Bièvres  para partir unas semanas al viejo continente.

Nuestra primera parada fue Barcelona, ya que tenía que entregar una exposición que se inaugura el próximo año en la Galería de Víctor Saavedra, y aunque estuvimos pocos días, pudimos ver una gran exposición de Bruce Davidson en la Fundación Mapfre. Cuando vi esas copias originales de época no más grandes de 30×40 cms. me dio envidia el oficio que este fotógrafo tiene, es un placer poder disfrutar la gama tonal que logra con cada una de sus ampliaciones, algo raro hoy en día, que en vez de acercarte para poder ver las copias, tienes que alejarte porque el tamaño y las impresiones de mala calidad no te lo permiten. A través de varias salas podías recorrer casi toda su obra, y al final un catálogo muy bien impreso que no llevamos porque ya tenemos la trilogía publicada por Steidl (y al final del viaje lo agradeceríamos porque volvimos con 10 kilos de sobre peso en libros). Debo reconocer el gran trabajo que fundaciones como Mapfre y La Caixa hacen por la fotografía. Antes de Davidson habían expuesto a Hiroshi Sugimoto, al parecer con la misma dedicación, y hace unos años atrás tuve el privilegio de ver en La Caixa en Madrid una gran exposición de Dick Avedon sobre el Oeste Americano, copias originales ampliadas a escala de más de 1 metro de alto, papel fibra pegado sobre planchas de aluminio. Podías acercarte lo que quisieras y no había vidrio que se interpusiera entre tu y estas impresionantes copias que flotaban en el espacio. Un deleite a la vista.

Luego viajamos a Paris, donde nos encontramos con mi hermana que no veía hace un tiempo, qué alegría poder reencontrarse con aquellos que quieres! y pesar de las inundaciones, numerosas huelgas (basureros, controladores aéreos, etc.) y el fútbol, pudimos ver y disfrutar numerosas exposiciones.

Sena en pleno

Sena en pleno

Mi hermana y yo

Mi hermana y yo

La primera que vimos fue la exposición Dans l´atelier en el Petit Palais, que mostraba los talleres de los artistas a través del tiempo. Me llamó la atención el taller de Francis Bacon en miniatura, cómo se preocuparon de crear hasta el más pequeño tubo de pintura, pincel y papel que había en el original (Será también mi admiración por este artista). Abría la exposición una fotografía del taller de los hermanos Starn, quienes me recuerdan mis fotos de árboles.

Starn Twins Studio

Starn Twins Studio

Es reconfortante ver la dedicación y cariño con que fue armada esta muestra, donde se aprecian horas de trabajo de parte de curadores y encargados para que cada sala y cada imagen tuviera un sentido y un espacio. Trajeron esculturas originales que posaban al lado de las fotografías, libros y ensayos. En el montaje se entiende que cada obra tiene justificación de estar ahí, sorprendiendo al espectador que entra a cada sala curioso y expectante por encontrar nuevos estímulos. Aunque el catálogo no puede dar cuenta de toda esta exposición, al menos a nosotros nos devuelve el recuerdo de lo que fue recorrer la muestra.

 

Estudio miniatura de Bacon

Estudio miniatura de Bacon

Luego fuimos a la Fundación Cartier-Bresson a ver la exposición de Francesca Woodman. Hermosas las copias, también pequeñas, personales e íntimas, algunas que no había visto antes y que siempre da gusto encontrar. Un video corto de ella trabajando y posando frente a la cámara, y un catálogo que trajimos para complementar los que ya tenemos. No me gustaron un par de impresiones grandes y mal hechas,  que nada tenían que ver con el espíritu de esta fotógrafa y el color rosa escogido para la muestra tampoco creo que haya sido acertado.

Nuestra siguiente visita fue al Musée Guimet, donde pudimos apreciar una GRAN muestra de Araki, tan extrovertida como él mismo, deben haber estado expuestas alrededor de 3.000 fotografías, si no fueron más, de cielo a piso, de muro a muro, con videos y todos los libros que ha publicado (serán 200??) después de dos horas de recorrerla quedamos exhaustos y agobiados con tantas imágenes, creo que era para volver una segunda vez a digerir toda la información entregada, pero no tuvimos tiempo. Me quedo con las imágenes de su mujer, Sentimental Journey, al comienzo de la exposición, hermosas, y el montaje que era impresionante, muy prolijo y bien hecho, con muros curvos, paneles de diapositivas y distintas tipografías y colores.

Tuvimos que esperar varios días a que inauguraran la muestra de Josef Sudek en el Jeu de Paume, la esperábamos con ansias, y no nos desilusionó. Una sala grande, las copias delicadas que daban cuenta de su trabajo a través de los años, la misma ventana en diferentes estaciones del año, sus imágenes panorámicas, sus figuras… emocionante. Otro catálogo que tuvimos que traer.

Para terminar el recorrido parisino descubrimos que Ralph Gibson había inaugurado una pequeña exposición en una galería desconocida, así es que tomamos una vez más el metro para llegar a un edificio, segundo piso, timbre. Nos abre el dueño de la galería, Thierry Bigaignon, quien nos cuenta que habían inaugurado el día anterior, y para nuestra sorpresa Ralph Gibson estaba en camino así es que podríamos conocerlo. Y así fue, unos minutos más tarde llegaba este caballero sin muchas ganas de conversar. Las 12 fotografías colgadas en los muros blancos titulada Vertical Horizon me recordaron un poco el trabajo que hizo sobre Francia, detalles con colores fuertes, pero alejados del fotógrafo que creó Lustrum Press. Sentimos mucho cuando nos dijo que la ampliadora que le había regalado Robert Frank la vendería a un coleccionista en vez de entregarla a otro fotógrafo que siguiera con la tradición como había pedido Frank cuando se la dio.

No pudimos dejar de tomar el tren para ir a Londres a ver la exposición de Paul Strand en el Victoria & Albert Museum. Gran exposición, no recuerdo cuántas salas eran pero por lo menos 4, donde podías recorrer toda su trayectoria, y donde por primera vez pude ver en perspectiva el trabajo de este gran maestro, y darme cuenta de los consecuente que fue toda su vida, luchando por la misma causa, sus viajes no fueron solo viajes, sino una manera de mostrar al mundo los marginales, aislados y la injusticia. Fue muy emocionante ver cómo todo su recorrido termina en el jardín de su casa. Nos tocó mucha lluvia, pero eso no nos impidió luego de tomar el metro e ir a la Tate Britain a ver la exposición Painting with Light, donde disfrutamos de las fotografías de Julia Margareth Cameron y cuadros de Wisner entre muchos otros, mientras entendías la influencia de la fotografía en la pintura.

Exposición Ralph Gibson

Exposición Ralph Gibson

Nos quedaron en el tintero la exposición de Seydou Keïta en el Grand Palais y la retrospectiva de Louis Stettner (Q.E.P.D.) en el Pompidou, hablamos con él el día antes de inaugurar, estaba inquieto pero amable, me alegro que haya visto en vida este reconocimiento a su trabajo.

He querido escribir sobre este viaje porque me doy cuenta de la importancia que ha adquirido la fotografía en Europa. Cuando vivimos en Bruselas entre el 2001 y el 2005 nunca hubo tantas exposiciones de fotografía juntas, y ni siquiera sumando todos esos años creo haber visto tantas buenas exposiciones en tan variados lugares.

De a Dos

Luis y yo

Luis y yo

Después de algunos meses de silencio pero de mucho trabajo vuelvo a escribir.

Este blog comenzó como una manera de poder mostrar mi trabajo, pero también a modo de diario de vida en cuanto  a mis experiencias con el colodión, mis aciertos y errores. Entre medio lo he ido mezclando sin pretensión alguna con opiniones, consejos y fotos, tal vez alguien puede sacar provecho de mis chascarros y no repetirlos.

El 2016 viene con exposiciones y libros, viajes y experimentos nuevos  que ya les iré contando. Por el momento comienza con alegría ya que por primera vez en casi 10 años hemos organizado una exposición juntos con Luis. Sin mucha preparación pero infinitas ganas, nos comprometimos a exponer en la Galería de Salustiano Casanova, exposición que inauguramos el pasado sábado y que se llama Al Externo. En un principio cuando nos invitaron a mostrar nuestro trabajo no teníamos claro qué mostrar. Luis nunca había hecho una exposición de naturaleza, y yo ya tenía comprometida otra expo de ambrotipos para fin de año en Ekho Gallery. Entonces en una conversación de desayuno con Luis, se nos vino a la cabeza mostrar naturaleza juntos, yo con mi trabajo de AguaTierra que nunca había expuesto (sólo publiqué el libro el 2012) y Luis con una selección de imágenes tomadas a lo largo de su carrera, con el conflicto como hilo conductor. Se imaginarán lo difícil que fue hacer la selección, son 50 años de oficio en que aunque no como protagonista, el paisaje ha estado presente.

AguaTierra forma parte de una serie realizada en el campo entre el 2008 y 2011 con mi Rolleiflex. Una serie muy personal que tiene que ver con la llegada de mi primera hija y la segunda. Para aquellas que somos madre, sabemos que en cuanto la guagua nace uno se transforma en una vaca lechera, las hormonas están a mil y la autoestima por el suelo ( o al menos eso es lo que yo sentía), pero nada de eso importa porque tienes en tus brazos a una criatura que es tuya, y que te necesita. Pero a pesar de toda esa felicidad, a veces se siente el agobio, la frustración, el sentir que ya no tienes vida, que no tienes tiempo de hacer tus cosas y que necesitas hacer algo. Ese algo para mi sucedió cuando a fines del 2007 Roberto Edwards me llamó para que hiciera las fotos del Hotel Valdivia, para un libro conmemorativo que iban a publicar. Entonces durante varios meses pude recorrer el hotel, fotografiar las diferentes piezas y de a poco comenzar a ser fotógrafa de nuevo, fue el empujón y el trabajo que necesité para salir afuera y atreverme a fotografiar. Luego de esto y Rollei en mano comencé a ver imágenes por todas partes, a fotografiar sin parar, como una manera de sacar de adentro todas esas emociones nuevas. Y así nació esta serie, que terminó un poco después de la llegada de mi segunda hija. Nunca había tenido oportunidad de mostrarla, a pesar que estaban todas ampliadas y listas para ser colgadas, y 5 años después esa oportunidad llegó, en esta exposición conjunta que siento nos refleja a cada uno.

Junto con la expo, hay un libro en el horno, entrando a imprenta en estos momentos que espero vea la luz en un par de semanas. Como dice Luis, las exposiciones terminan y el libro queda, es una manera de dejar constancia de esta colaboración, que podamos luego mirar con distancia y saber que fue real.

Libro Al externo

Libro Al externo

El trípode, ¿libertad o esclavitud?

Muchas veces he conversado con fotógrafos que no les gusta trabajar con trípode porque sienten que pierden libertad a la hora de fotografiar. En fotografía existen muchísimas opciones a la hora de sacar una foto, siendo una de ellas la cámara que vas a usar, la cual de alguna manera definirá si necesitas usar trípode o no. Pero esta desición tiene mucho que ver también con la personalidad del fotógrafo. Recuerdo que Louis Stettner, el mismo que me enseñó a retocar y que preparara una enorme retrospectiva en el Centro Pompidou para este año, estuvo en Chile un par de veces a comienzos del 2000, él iba a la Plaza de Armas de Santiago con una Hasselblad y FP4 a pulso para fotografiar gente al azar. Tenía 84 años. Lo imagino paseando, disparando sin parar. Hizo una serie hermosa, primeros planos de chilenos que Lom recogió en un libro llamado Chile en el corazón. Su personalidad no permitía estar anclado a un trípode, él necesitaba estar en movimiento, buscando a través del lente una manera de calmar su inquietud. Y luego tenemos a Josef Sudek, quien también tendrá una gran retrospectiva este año en el Jeu de Paume en París, y que a pesar de tener un sólo brazo se las arreglaba para salir a fotografiar con una cámara 8×10 y todo lo que sabemos eso conlleva. Si miramos estas dos personalidades basándonos en sus fotografías, puedo argumentar que la mirada de Stettner es más una mirada hacia el exterior, los acontecimientos son importantes, nos está contando una historia, así como en su momento nos las contaron otros fotógrafos post-guerra como Doisneau, Willy Ronis o Boubat. En cambio la de Sudek es más una mirada interior, más contemplativa. No estoy diciendo que una sea mejor que la otra, son simplemente diferentes maneras de mirar. Está en cada uno encontrar la herramienta que vaya más con su personalidad, su manera de aproximarnos a los objetos/sujetos.  En mi caso particular, siempre he usado trípode, desde mucho antes de trabajar con Colodión, incluso con 35mm, porque nunca ha sido tema para mi, si lo necesito lo uso, yo lo veo más como una posibilidad, un instrumento que me da libertad para poder sacar mejor provecho de la toma.

Louis Stettner

Louis Stettner

Josef Sudek

Josef Sudek

 

Lo Feo y lo Hermoso

Conguillío es a mi juicio unos de los parques nacionales chilenos más hermosos, la diversidad de flora es sorprendente, vas por el mismo camino y de pronto el paisaje cambia radicalmente de lengas, ñirres, coihues y raulíes a lagos y lagunas, luego a Araucarias milenarias todo esto con una espectacular vista al volcán Llaima, es tan hermoso que parece photoshopeado. El parque en total comprende 60 mil hectáreas de bosque nativo, el cual se puede recorrer por completo e incluso alojar ahí mismo. Luis y yo estuvimos alojando en La Baita, al comienzo del parque entrando por Melipeuco y atravesando los restos de lava petrificada dejados por la erupción del volcán hace algunos años. La cabaña era acogedora, con todo lo necesario para estar cómodo. Tienen paneles con luz solar y en la noche prenden un generador durante un rato, la calefacción es a leña y no hay refrigerador, puedes guardar los perecibles en el refri del restaurante. Una semana de fotos nuevas, con días de sol y poco viento.

Lodge

limpieza vidrios

Cuando planifiqué este viaje hace algunos meses mi intención era ir al parque pero sobre todo ir un poco más allá, a la Reserva China Muerta, que el verano pasado se quemó producto de un incendio intencional que duró 2 semanas. No se quemó toda la reserva, pero muchas hectáreas de bosque nativo del que hoy nadie habla. Al llegar allá luego de manejar más de 30 minutos por un camino de una vía en pendiente, lleno de hoyos y rocas, atravesando bosques arrasados por las madereras donde hoy hay pino y eucalipto, se me apretó el corazón, un paisaje desolador, las araucarias bien derechas y orgullosas, pero carbonizadas, la tierra ya no es tierra si no polvo negro, se respira tristeza y dolor en cada árbol, un paisaje gris donde no llegan turistas chilenos ni extranjeros, sólo unas pocas camionetas robando leña y carbón, porque no hay nadie que proteja esta solitaria vista.

Conguillio

Conguillio

Así es que estuvimos 2 días recorriendo China Muerta, lugar miserable si lo comparas con los grandes paisajes de su vecino, parece de verdad muerta, pero para mi tiene una importancia especial, ya que eso es lo que ocurre cuando descuidamos nuestros bosques y hay cuervos rondando, esperando apoderarse de esas tierras. No hay ley que proteja el bosque quemado chileno, no hay obligación de volver a plantar flora nativa. Hoy, a casi 1 año del incendio, todo está quieto, y aquellos árboles quemados están siendo arrancados sin remordimiento. El último día que estuvimos ahí, el cielo se cerró de repente y comenzó un lluvia intermitente que amenazaba con echarnos del lugar, pero las cámaras fotográficas aguantaron el agua y a pesar del barro que se formó entre la ceniza continuamos sacando fotos y más fotos y registrando con colodión húmedo y sucio los troncos rotos.

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China Muerta

Por un lado tenemos la belleza viva del bosque nativo y por otro la belleza muerta, una experiencia nueva que no puede dejarme indiferente.

Vivian Maier

Vivian Maier

Vivian Maier

Vivian Maier no necesita mucha introducción. Cualquier persona que sea amante de la fotografía a esta altura ya la conoce o por lo menos la ha oído nombrar. Hasta la fecha existen 4 libros sobre su obra y 2 documentales, uno realizado por la BBC y otro por John Maloof, uno de los dueños de su archivo. En su vida sacó más de 100.000 negativos y dejó sin revelar 700 rollos color y 2.000 en blanco y negro, dentro de los cuales están las imágenes de su viaje a Chile, que aún no conocemos.

Esta mujer misteriosa llega a Chile con una exposición dividida en dos, las imágenes blanco y negro están en la Corporación Cultural de Las Condes y las fotografías color en Espacio Arte Abierto, Fundación Itaú, ambas salas estarán abiertas a público hasta el 13 de diciembre. Una exposición que no se puede dejar de ver.

Son 107 fotografías originales ampliadas en papel fibra mate, algunas son hojas de contacto completas, que dan cuenta de lo lúcida,  decidida y confiada que era, ya que pocas veces repite una imagen (ni Cartier-Bresson hacía esto). En la serie Contacts (dvd de 3 volúmenes realizados sobre una idea de William Klein, se encuentran en Amazon.com) se pueden ver a a muchos de los grandes fotógrafos hablando sobre cómo sacan sus fotos, mostrándonos sus hojas de contacto donde evidencian que muchas veces para tener una imagen buena sacaron 15 0 20 fotogramas. Pues bien, Vivian Maier sacaba 12 fotos por rollo, y lo más genial de todo, es que de esas 12 fotos generalmente todas valen la pena.

Sobre las copias sólo tengo un pequeño comentario, tienen poco contraste, tienen blancos puros pero los negros son siempre grises, esto se debe a la manera de copiar de los laboratoristas en Estados Unidos, que tienden a dejar las fotos con infinidad de grises pero se olvidan del negro profundo. Helmut Newton dice en su autobiografía lo mucho que le costaba trabajar con los laboratorios allá, porque a él, como sabemos, le gustaba el contraste extremo, por esto prefería trabajar con los laboratorios Europeos, que representaban mejor su estilo.

Es bueno que poco a poco más exposiciones de fotografía vengan a nuestro país, para ir ampliando nuestro universo a veces tan mezquino.

Patagonia otra vez

DSCF1138 patagoniaSin quererlo ni buscarlo la semana pasada pude volver a la Patagonia por unos días, a ese indomable pedazo de tierra donde lo único que amenaza en este tiempo es el viento y el frío.

Llevé conmigo la Deardorff 8×10, lente 300mm, 6 placas cargadas y un trípode, esperando poder volver a Santiago con algunos negativos contrastados para comenzar a experimentar con Platino/Palladio. Pero como siempre digo, una cosa es lo que uno quiere, y otra es lo que te ofrece la vida. Regresé este jueves con sólo 1 foto, que aún no revelo. Espero que esa imagen latente le haga justicia a lo que vi ese día en el bosque de arrayanes, ese día nublado pero lleno de posibilidades.

El resto del viaje fue mirar y mirar y mirar más, aprovechar la pérdida del cable disparador para crear un espacio de introspección, de ver para adentro en vez de hacia afuera, de sacar fotos con la cabeza y no con película, de descansar y reponerme luego de haber descolgado de los muros 3 años de trabajo.

El cerebro no es una máquina y tal vez de manera consciente/inconsciente esa pérdida quién sabe dónde (volví a buscar el cable al bosque de arrayanes pero no lo encontré) fue la excusa perfecta para dejar de fotografiar y re armarme, disfrutar la compañia y comer y beber rico, alimentar cuerpo y alma antes de comenzar una nueva etapa.

La Fuji x20 sirvió para registro, lugares para volver quien sabe, una tercera vez.
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Exposición Jardin Negro ve la luz

El jueves pasado inauguré mi exposición de ambrotipos, Jardín Negro, acompañada de muchos amigos, familiares, alumnos, ex alumnos y gente que aprecio mucho. Fue un día especial y emocionante ya que las fotos en las que vengo trabajando estos últimos años finalmente vieron la luz. Estará abierta hasta el 30 de este mes y el 22/08  haré una visita guiada para aquellos que quieran recorrer la expo conmigo y hacerme preguntas.

También está disponible ahí mismo el libro/catálogo diseñado por mi amiga Isabel Fernández.

Y una última info sobre esto es que dado el interés provocado por la exposición y en general esta técnica, daré un taller de Colodión Húmedo a fin de este año, interesados me pueden escribir.

Exposición Jardín Negro. Ambrotipos

Corporación Cultural de Las Condes

Apoquindo 6570, metro Manquehue

Horario: martes a domingo de 10:30 a 19:00

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Jardin negro jpg

Libro Jardín Negro

El Fotógrafo de Cheshire

lewis carroll Soy una fan confesa de Lewis Carroll. Hace años que formo parte de la Sociedad de Lewis Carroll, de donde recibo información actualizada de todos los proyectos, eventos, libros, exposiciones, subastas y souvenirs que tengan relación con el Reverendo Charles L. Dogson. En enero de este año el galerista Víctor Saavedra trajo a Santiago la exposición del holandés Pat Andrea sobre Alicia en el País de las Maravillas, exposición que no tuvo tanta cobertura, pero para los amantes de Carroll nos mostró, a mi juicio, un punto de vista nuevo y refrescante sobre este cuento clásico. Vi una Alicia segura y adulta, a diferencia de lo que hizo Disney con su película (por cierto bastante deformada del cuento original, pero ese es otro tema). Esta nueva niña me parece más cercana a los dibujos de Tenniel, una Alicia fuerte y nada de ingenua aunque muy curiosa, como seguramente fue la misma Alice Liddell por lo que se puede intuir a partir de las fotografías que le tomó. Si comparamos las imágenes donde aparecen las tres hermanas, nos damos cuenta rápidamente que la mirada de Alicia es mucho más penetrante y profunda que las de Lorina y Edith, puede ser la diferencia de edad entre ellas, pero por experiencia creo que hay niños que tienen ángel y otros que no, no importa cuánto lo intentes.

Lewis Carroll fue el mayor de 10 hermanos, muchos de los cuales mantuvo económicamente hasta su muerte. Este personaje multifacético, diácono anglicano, matemático, escritor y fotógrafo, fanático del teatro, varias veces ha sido malentendido por su relación amistosa con niñas, las cuales siempre tuvieron palabras de cariño hacia él. También se ha especulado mucho sobre su distanciamiento de la fotografía, que ejerció durante 24 años y que terminó de manera inesperada. Muchas pueden ser las razones de su alejamiento de este arte, del cual obtuvo, a mi juicio nuevamente, obras maestras. Leyendo su biografía y varios otros escritos por diferentes académicos y estudiosos del personaje, generalmente su término con la fotografía se relaciona a un corte en la relación que él tenía con la familia Liddell, se especula que pidió la mano de Alicia y fue rechazado (Mr. Liddell era el decano de la Universidad, y se cree que él y su esposa tenían en mente candidatos más importantes para su hija que un simple empleado). También he leído que pudo haber sido porque Carroll se desencantó de la fotografía cuando apareció el Colodión Seco, argumento que me parece absurdo porque Carroll siempre compraba y probaba nuevos inventos. Mi teoría (totalmente discutible) pero dada desde el punto de vista de una fotógrafa que trabaja con la misma técnica que él 130 años después, es que tener 48 años en la época Victoriana y tener 48 años hoy es otra cosa. Cargar una cámara de 15 kilos, trípode, carpas, químicos en frascos de vidrio, placas de vidrio etc, etc, etc, cada vez que sales a fotografiar (teniendo en cuenta que en su vida sacó alrededor de 3.000 fotografías) al final del día te pasa la cuenta, y creo que a él le ganó la edad, a esa altura no debe haber tenido la misma fuerza que cuando comenzó a fotografiar con Colodión Húmedo en 1856, pocos años después de la invención del proceso. No olvidemos que murió de neumonía a los 66 años! Hoy a esa edad estás en la flor de la vida! Lamentablemente nunca podremos saber la verdadera razón, ya que a pesar que Carroll mantenía unos diarios, varios de ellos se perdieron, e incluso aquellos que se rescataron tienen páginas faltantes, que su sobrino supuestamente eliminó para “defender su honor”. Así también, destruyó muchas de sus fotografías, sobre todo aquellas de niñas desnudas, de las cuales sólo cuatro han sobrevivido, y que pintaron para que no fueran tan reales. Pero lo que me causa más tristeza, es que al morir Dogson, quien vivió muchos años en los departamentos del Christ Church, donde era catedrático, muchas de sus cosas fueron quemadas.

Independiente de todo esto, es siempre refrescante volver a sus imágenes y a sus escritos, que van mucho más allá del espejo y de Alicia (donde también hace alusión a la fotografía, pero de manera más ambigua, Alicia a través del espejo y el gato de Cheshire). Son muy entretenidos sus cuentos relacionados: Hiawatha´s Photography, A photographer´s day out y Photography Extraordinaire.

Nuevo libro imperdible:

The Photographs of Lewis Carroll

A Catalogue Raisonné By Edward Wakeling $83.75 USD

Casi mil fotografías en duotono

University of Texas Press

Release: Agosto 2015

Expo Pat Andrea

Expo Pat Andrea