Mi hermana menor vive hace un tiempo en Berlín, no nos veíamos hace 1 año y medio, y estuvo hace poco aquí en Santiago por 2 semanas de visita. Bailarina talentosa, no podía perder la oportunidad de fotografiarla, aunque el retrato no es mi fuerte, tenemos una relación muy cercana y la confianza suficiente para para poder pedirle que posara para mi, con paciencia, y que me acompañara en este proceso lento.
Armamos el set al interior del taller, un foco de luz continua, fondo negro. 3 minutos de exposición, no sé cómo pudo aguantar sin moverse. Me hubiera gustado tener más tiempo y hacerle más fotos, sólo sacamos 4 placas, de las cuales sólo 2 valen la pena.
En todo caso, fue el momento compartido y la complicidad lo que más me importó de esta sesión, ya que no sé cuándo volveré a verla.