El sur de Chile es maravilloso, que duda cabe. Personalmente nunca había viajado más allá de Chiloé que ya me pareció alucinante.
Pero este viernes regresé de la Patagonia, en un viaje que duró 5 días y que no olvidaré jamás. Un amigo nos invitó a su isla en el Lago General Carrera para pasar unos agradables días de descanso. Partimos el lunes temprano en avión hasta Balmaceda, para luego tomar un auto y recorrer 3 horas hacia Tranquilo, pueblo pequeño y modesto, pero lleno de encanto. Una vez allá atravesamos hacia la isla en aproximadamente 30 minutos por bote, pasando por las increíbles Capillas de Mármol.
Al preparar el viaje desde Santiago, estaba en la duda de qué equipo llevar para fotografiar, pensando que probablemente pasarían otros 30 años antes de regresar y que el colodión no era una opción viable. Pensé en llevar mi Rolleiflex, fotografiar en formato medio, pero luego me decidí por la cámara de placas (Cambo 4×5) y 20 placas cargada. ¿Por qué no la Linhof? Porque es una cámara con fuelle y en el sur los vientos pueden alcanzar los 100 kms por hora (a Luis le ocurrió una vez con su Ebony en Torres del Paine y no pudo fotografiar). Como me decía el dueño de casa: “La Patagonia es lenta e impredecible…” o algo por el estilo. En cambio la Cambo es una cámara de placas sin fuelle con lente fijo gran angular, pocos movimientos pero rígida, es decir, todo lo que yo necesitaba en esas circunstancias.
Hoy puedo decir que podría haber llevado mi Linhof porque el clima nos tocó excepcionalmente despejado y soleado, sin viento ni mareas altas, y podría haber fotografiado con cualquier cámara.
Llevé también mi cámara digital (Fuji x20) para hacer instantáneas y poder mostrarselas a las niñas cuando regresara.
Entonces el recorrido fue más o menos el siguiente: día 1: Isla, llegamos a las 18:00 muy cansados así es que sólo pude sacar un par de fotos al atardecer. Día 2: salimos temprano para ir a Valle Exploradores, un camino muy lindo lleno de vegetación que se va haciendo más densa e inmensa a medida que vamos avanzando, regresamos a la isla alrededor de las 18:00. Día 3: Recorrido dentro de la isla a un bosque de arrayanes, aquí es donde más fotos hice, los arrayanes enormes, con su piel de terciopelo, naranjos y blancos, aunque llegar a ellos fue una aventura! Día 4: fotografiar dentro de la isla, sus alrededores. Día 5: partimos temprano de regreso al aeropuerto, llegamos a Santiago a eso de las 21:00.
Los paisajes hablan por si mismos, la sensación de tranquilidad y paz que transmitían son imposibles de contar, hay que conocerlos y disfrutarlos, recorrerlos y cuidarlos para que en unos años más puedan seguir sorprendiéndonos.